Traiciones de medianoche

La oscura traición

Tu aliento en mi nuca,
mi sangre en tu boca,
tus dientes me rozan,
nuestros cuerpos se juntan.

En aquella noche de luna llena,
noche en la que salías  a cazar,
yo era la reina la de la pena,
tú el cazador que me esperaba encontrar.

Jamás pensé
que podría ser real
nunca imaginé,
que aquello fuera verdad.
¿Todo fue un sueño?
¿Eras aquél al que más temo?
¿No ves cómo tiemblo
cada vez que en ti pienso?

Pretendías robar mi vida
querías que escogiera una salida,
me dijiste que luchara por lo que sentía,
que nunca me rindiera y luchara querías.

Pero no luché,
a ti nunca yo me enfrenté,
me dejé llevar
hasta el infierno y vuelta a empezar.

Durante mi viaje al más allá,
mientras sentía tus dientes en mi piel entrar,
vi lo que me podría esperar
vi aquello que ni habría podido imaginar
era un dulce bocado de amor,
mezclado con una pizca de dolor,
agitado con las lágrimas de mi corazón,
bebido por un cruel traidor.

Mi dulce sangra bebe,
mis amargas lágrimas aparta,
y ese beso que poco a poco nos mata,
eres tú el único que lo teme.

El amor para ti no es una opción,
sólo te gusta el dolor,
el sufrimiento es tu golosina,
es aquello que en mí buscas.

Pero aquella noche,
oscura y con una luna
brillante y escurridiza,
me hicieron ver cuan enamoradiza
fui, era y siempre sería.

Pero ahora... Ahora que te has ido,
ahora que creo que nada ha existido
y mi mundo se derrumba en millones de pedacitos,
intento ver la razón de tu marcha,
intento ver por qué me dañas,
busco una razón para tus duras palabras,
intento conseguir que no te vayas...

Pero sé que no hay ninguna salida
que todo fue una dulce y dolorosa fantasía
que tu sabías del daño que me hacías
y yo pienso que me lo merecía...

Amargas palabras de mi boca saldrán,
cuando yo cuente la verdad,
y tú la tengas que aceptar.
Algún día tendrás que aprender a amar,
y sé que conmigo jamás será,
aunque las esperanzas ahí siempre estarán,
por muy mal que por tu culpa lo pueda pasar.

Y es entonces cuando dejo
de pensar en todo ésto.
Miro por la ventana,
y todo lo noto en calma.

En la palma de mi mano,
sujeto aquél regalo,
ese beso incompleto,
ese amor que te prometo.

Pero el tiempo no está de nuestra parte
y veo que se acerca el final
y como sólo puedo dañarte
dejaré que la muerte ponga el punto y final.