Y vuelves. Vuelves con esas palabras que hacen que mi corazón deje de latir... Sabes que jamás perdiste ese huequecito en él que por derecho te pertenece y que siempre guardaré para ti. Pero... Pero yo sólo quería olvidar, quería ser feliz, volver a amar.
El problema es que, cuando menos lo espero, apareces. ¡Apareces! Y no puedes aparecer así como así, siendo mi mejor amigo y siendo a la vez una de las personas más importante de mi vida. ¿Sabes lo frustrante que es? ¿Sabes que duele? Ya no como antes, pero ahí sigue una espinita clavada en mi corazón que nunca me podré quitar...
Estoy cansada de amarte, no de esperarte. No te equivoques. Que esté aquí no significa que esté sentada esperando a que tú quieras venir a por mí. Soy fuerte y voy hacia adelante, jamás me detendré de nuevo por ti. El único problema es que doy miles de paso para atrás cuando dices algo que me recuerda esas épocas felices. Y es un gran problema, porque ¿qué vamos a hacer?
No podemos amargarnos el uno al otro. No podemos vivir así. Yo soy la primera que no quiere pasar página, pero sé que debemos hacerlo. Ya es pasado, cielo, tenemos que pasar página para poder ser felices. Quizá nuestros destinos se junten en un futuro, pero ahora ambos se tambalean, quieren ir en direcciones opuestas.
Y aunque nuestros corazones susurren que no es lo correcto, aunque nuestros ojos lloren la ausencia, no podemos detenernos en el pasado, porque no hay presente. Piensa si quieres que tenemos un futuro, todo un futuro para descubrir si nuestro destino es estar juntos o separados.
Pero el presente nos es esquivo. Aunque hablemos casi todos los días, aunque sepamos todo el uno del otro... Sabemos que no puede ser, que hay demasiado que temer si no sale bien.
Por lo que el tiempo es lo único que podrá encontrar una solución a nuestro problema.
Hasta entonces, no hace falta que te diga de nuevo lo que siento, porque lo sabes y demasiado bien. Sólo me queda esperar y ser fuerte. Ambos debemos de ser fuertes y olvidar todo lo que ha pasado, por nuestro propio bien y nuestra cordura. Si seguimos rememorando... Entonces nos dolerá más de lo que nos imaginamos.
Por favor, nunca me olvides ni me dejes de lado. Nunca me dejes de hacer sonreír. Nunca dejes de sorprenderme. Nunca dejes de ser tú. Porque sabes que te quería a pesar de todo.
Pero era un sentimiento demasiado fuerte para dos adolescentes. Demasiado intenso y sincero. Y el miedo se interponía entre nosotros...
Pero llegará un día en el que todo se verá claramente. Y entonces podremos averiguar cuál es nuestro destino.
Sea el que sea, buen viaje... Y jamás nos olvides.
No sólo se vive de los recuerdos, pero éstos te endulzan la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario